Descripción
Garrafa de 5 litros AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra). Envase de PET (plástico).
26,50 € - 79,50 €Rango de precios: desde 26,50 € hasta 79,50 €
Garrafa de 5 litros AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra). Envase de PET (plástico).
Peso | 5 kg |
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El coste del envío dependerá de la cantidad de productos comprados y de la zona de envío. El importe se calculará automáticamente en el proceso de compra, en el momento en que se indique la ciudad de destino, según la siguiente tabla:
Hasta 15L | Más de 15L | |
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Manzanilla | Envio Gratis | Envio Gratis |
España Peninsula | 5€ | Envio Gratis |
Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla | 60€ | 60€ + 10€ por cada 15L |
Baleares | 30€ € | 30€ + 10€ por cada 15L |
Hablar de una garrafa de 5 litros de aceite de oliva virgen extra (AOVE) no es solo hablar de volumen. Es hablar de compromiso, de origen, de calidad y de una forma inteligente de consumir uno de los productos más valiosos de nuestra tierra. Este formato se ha convertido en el favorito de quienes entienden de aceite y valoran su esencia, tanto en cocina como en salud. Pero cuando ese AOVE viene además directo del productor, la historia toma otro matiz: uno donde la tradición, el trabajo agrícola y la excelencia se funden en un producto que es mucho más que un alimento.
En este artículo descubrirás por qué este formato representa mucho más que un ahorro, qué elementos marcan la diferencia entre un buen AOVE y uno excepcional, cómo la historia de una cooperativa andaluza da sentido a lo que encuentras en cada gota… y por supuesto, cómo elegir bien entre tantas opciones disponibles.
La primera razón es evidente: el ahorro por litro. Cuando optamos por una garrafa de 5L, el coste unitario disminuye considerablemente frente a otros formatos como botellas de 500 ml o 1 L. Esto es especialmente ventajoso para familias, hogares que cocinan a diario o incluso para profesionales de la cocina que buscan optimizar su presupuesto sin renunciar a la calidad.
Pero el ahorro económico no es el único argumento. Este formato permite también una menor huella ambiental. Utilizar una sola garrafa en vez de múltiples envases pequeños reduce considerablemente la cantidad de plástico o vidrio utilizado. Si el envase es PET reciclable (como el de muchas cooperativas), además de práctico, también es responsable con el entorno.
Desde la experiencia de la Sociedad Cooperativa Andaluza Virgen del Valle, el formato de 5 litros ha sido uno de los más solicitados por socios y clientes. “Uno de nuestros formatos es Garrafa de 5 litros AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra). Envase de PET (plástico)”, explican desde su equipo, destacando su practicidad para conservar el aceite de forma estable y segura durante más tiempo.
Además, hay otro valor que no se mide en euros ni en litros: la tranquilidad de tener siempre aceite de calidad en casa. Con una garrafa de 5 L puedes organizarte mejor, evitar compras urgentes y mantener tu cocina bien surtida.
Aunque el precio es un factor relevante, cuando hablamos de AOVE, lo importante es el valor real del contenido. Un virgen extra auténtico se reconoce por varios factores que no todos los consumidores conocen:
Desde la cooperativa Virgen del Valle, afirman con claridad: “Hoy día nuestras aceitunas son trituradas antes de 24 horas desde que el socio las entrega”, lo que garantiza una frescura óptima. Esto convierte su AOVE en un producto que no solo cumple, sino que supera los estándares esperados por el consumidor informado.
También es importante aprender a leer etiquetas y no dejarse llevar únicamente por precios bajos o promociones. Un aceite muy barato probablemente no sea virgen extra auténtico, o puede provenir de mezclas o procesos poco rigurosos. La recomendación es clara: busca marcas con respaldo agrícola o cooperativo, que expliquen claramente su proceso y origen.
El viaje que recorre el aceite desde el árbol hasta tu cocina es fundamental para entender su valor. Y es aquí donde el AOVE verdaderamente se diferencia del resto de aceites. No basta con que sea de oliva; debe ser virgen extra, y elaborado bajo estándares muy estrictos.
En la Sociedad Cooperativa Andaluza Virgen del Valle, ese viaje comenzó en 1959, cuando agricultores de Manzanilla y Villalba del Alcor decidieron unir esfuerzos para producir un aceite de mayor calidad y estabilizar los precios. Desde entonces, han recorrido un camino de modernización y exigencia continua.
“Tras años con el sistema tradicional de prensado, se dio el paso hacia el sistema continuo de dos fases, que permitía trabajar mejor y en menos tiempo…”, explican orgullosos. Y ese cambio permitió algo esencial: molturar más rápidamente, conservando el aroma, el sabor y los compuestos saludables del aceite.
Hoy, la molturación se hace en menos de 24 horas. Esto es crucial porque cuanto más tiempo pasa desde la recolección de la aceituna hasta su prensado, más se oxida el fruto y más pierde el aceite. La rapidez y el cuidado en cada paso del proceso son lo que hacen que un AOVE sea verdaderamente “extra”.
El proceso continúa con el filtrado (o no, si es sin filtrar), almacenamiento en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada, y finalmente el envasado, que se hace en las condiciones más seguras para preservar sus propiedades. Todo esto, si se hace bien, garantiza un producto final rico en antioxidantes, vitaminas y sabor.
Hay cierto debate sobre el uso de PET (plástico) como envase para el aceite. Algunos lo critican frente al vidrio o a la lata, pero lo cierto es que el PET de calidad alimentaria y oscuro es una solución muy eficaz si se maneja correctamente.
Entre sus ventajas destacan:
Desde la experiencia de la cooperativa Oro de Ostur, no tienen dudas al respecto: “Uno de nuestros formatos es Garrafa de 5 litros AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra). Envase de PET (plástico)”. Saben que para muchos clientes, sobre todo familias o consumidores habituales, este formato ofrece el mejor equilibrio entre conservación, precio y sostenibilidad.
Eso sí, es importante conservar la garrafa en lugar fresco y oscuro, cerrado correctamente después de cada uso, y no reutilizarlo para otros líquidos. Con estos cuidados, el AOVE mantiene sus cualidades durante meses.
Más allá del sabor, la textura o la intensidad de un buen virgen extra, hay un valor añadido que no se ve, pero se siente: el de consumir un producto con alma, con historia, con rostro humano detrás. Comprar aceite directamente a productores —especialmente si son cooperativas locales— es apostar por una economía más justa, por el mantenimiento del medio rural y por la dignidad del trabajo agrícola.
La Sociedad Cooperativa Virgen del Valle es un ejemplo de ello. Con más de 300 socios, muchos de ellos agricultores de Manzanilla, Villalba del Alcor y La Palma del Condado, esta cooperativa representa el esfuerzo colectivo de quienes aman su tierra y trabajan por ella cada día. “Más de 50 años después somos 300 socios humildes, dedicados a compaginar su amor por el campo con otras labores profesionales…”, afirman con orgullo.
Al comprar su aceite —comercializado bajo la marca “Oro de Ostur”— el consumidor no solo se lleva un AOVE excelente, sino que apoya directamente a estas familias, a su sistema productivo sostenible, a su lucha por mantener viva la tradición del olivar andaluz.
Además, comprar directo del productor elimina intermediarios, lo cual se traduce en mejor precio para el cliente y más beneficios para quien cultiva. También asegura una trazabilidad real: sabes de dónde viene el producto, qué variedades se usaron, en qué condiciones se produjo.
Este modelo también permite algo que pocas grandes marcas pueden ofrecer: asesoramiento personalizado. Desde la cooperativa cuentan con “un espacio pequeño, pero en pleno casco urbano de Manzanilla, donde asesoramos al socio en todo tipo de seguros y la solicitud de la PAC…”. Esta atención local marca la diferencia en el servicio y en la cercanía.
En un mundo cada vez más saturado de etiquetas y marcas, pocas tienen un relato tan auténtico como el de Oro de Ostur, la marca de AOVE nacida de la cooperativa Virgen del Valle. Este nombre no es solo un sello, es la materialización de décadas de esfuerzo colectivo, innovación constante y fidelidad a una forma de hacer las cosas.
La historia comienza en los años 50, en Manzanilla (Huelva), cuando un grupo de agricultores decide unirse para dar más valor a su producto. En 1959 fundan la cooperativa, y ya en 1965 instalan su primera maquinaria para molturar aceituna. A lo largo de los años han pasado de sistemas tradicionales a tecnologías de última generación, siempre con una meta clara: la calidad.
“Nos sentimos muy orgullosos de comprobar cómo ha crecido esta Cooperativa desde que el párroco Dº José María Camacho inaugurara las instalaciones…”, explican. Hoy, más de medio siglo después, siguen creciendo con proyectos de modernización y comercialización.
Lo que diferencia a Oro de Ostur es su enfoque integral: desde el campo hasta la botella, controlan todo el proceso. Su garrafa de 5 litros de AOVE es solo uno de los formatos en los que se expresa esa excelencia. La aceituna se moltura en menos de 24 horas, se almacena con mimo, y se envasa para conservar todos sus atributos.
El nombre “Ostur” alude a antiguas raíces culturales y al legado de quienes han trabajado esa tierra durante generaciones. Cada garrafa que sale de sus instalaciones es, literalmente, una parte de esa historia.
Hoy más que nunca, el consumidor tiene múltiples canales para adquirir aceite de oliva virgen extra: desde grandes superficies hasta ecommerce especializados o venta directa desde cooperativas. Pero tanta variedad también exige más criterio a la hora de elegir.
Comprar una garrafa de 5 litros de AOVE no es una simple decisión económica. Es una apuesta por la salud, por la cocina bien hecha y, si se elige bien, por un modelo de producción más humano y sostenible. El AOVE es uno de los grandes tesoros de la dieta mediterránea, y en su versión en gran formato, representa una fusión perfecta entre calidad, responsabilidad y ahorro.
Gracias al trabajo de cooperativas como Virgen del Valle, el consumidor puede acceder a un virgen extra verdaderamente excepcional, elaborado con mimo, con historia y con sentido. Como ellos mismos dicen: “queremos seguir haciéndolo para seguir manteniendo el aceite de la zona y la ayuda que genera en muchos hogares”.
En un mercado lleno de opciones, valorar lo auténtico, lo cercano y lo bien hecho es una forma de consumir que va más allá del precio por litro. Es una forma de conectar con lo que realmente importa: la tierra, la gente y la calidad.